Nacida en Montpellier de padre vietnamita y madre franco-venezolana, Muriel Brandolini vivía entre Vietnam, Martinica y París. Como decoradora, regresa con orgullo de su falta de formación académica, lo que le da gran libertad para crear, atar y soñar. Cultiva su diferencia usando el color con el genio. Sus creaciones están llenas de audacia, elegancia y dolor. Le gusta decir que su trabajo no obedece a reglas estrictas, su único objetivo cuando se imagina que una pieza es el sentido de la belleza. Ya se trate de muebles, telas, decoración de interiores o ropa, sus creaciones son lúdicas y seductoras. Su éxito proviene de un talento único, un dinamismo alegre, una fuerte determinación y un amor sincero por el diseño.